Una alegoría del capitalismo en la América Latina moderna y posmoderna. Las escenas principales tienen lugar en un mercado agrícola donde sus comerciantes, vendedores ambulantes, artistas callejeros LGTB, payasos y migrantes, luchan por ganarse la vida.

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Un niño, Carlitos Chatito (Chatito es una palabra del argot que se refiere a alguien que está harto), sigue a su padre y experimenta cómo es un día de trabajo en un mercado agrícola latinoamericano. Más tarde, ya adulto, vemos a Chatito repartiendo verduras en un coche de tracción humana. A continuación, los protagonistas luchan entre sí por la hegemonía territorial y, de forma inesperada, todos los personajes se juntan en una marcha para avanzar, como colectivo, hacia un nuevo lugar, que anticipan con música y danza. Al final, los protagonistas se enfrentan a un muro que les impide avanzar, sin embargo, logran escalarlo y cruzarlo con éxito.

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La filmación se llevó a cabo principalmente en un mercado chileno ubicado en un antiguo barrio colonial español, donde los agricultores se reúnen para vender sus productos. Durante la mayor parte de la era colonial, la sociedad hispanoamericana tuvo una estructura piramidal con un pequeño número de españoles puros en la parte superior, un grupo de mestizos debajo de ellos, y en la parte inferior una gran población indígena y una pequeña cantidad de esclavos, generalmente de origen africano. En el siglo XIX, cuando la zona era conocida como “La Vega del Mapocho” (el mercado Mapocho) el terreno fue delimitado y designado para el consumo de productos, aprovechando el encauzamiento del río Mapocho. También se construyeron nuevas casas de almacenamiento para cargar y vender productos, atrayendo a inmigrantes de todo el país.

 

Actualmente, esta zona y sus alrededores albergan un importante número de migrantes venezolanos, colombianos, peruanos y haitianos.

 

Germán Bobe también rinde homenaje a “La Carlina”, el primer cabaret transgénero conocido que se ubicó en la zona; El elenco incluye a Francis François, artista trans que comenzó su carrera en “La Carlina”, y Daniela Vega, mejor conocida por su actuación aclamada por la crítica en la película ganadora del Premio de la Academia Una mujer fantástica (2017); Vega también se convirtió en la primera persona transgénero en la historia en ser presentadora en la ceremonia de los Premios de la Academia.

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